martes, 30 de agosto de 2016

EJERCICIOS PARA EL CEREBRO:


Los pequeños olvidos que comenzamos a padecer después de determinada edad y que no llegan a afectar nuestra vida pero si nos producen ansiedad.
Con terror, pensamos que el cerebro empieza a convertirse en gelatina y nos preocupa quedar como la Tía Anastasia , que recuerda con lujo de detalles todo acerca de su niñez en Morelia, pero no puede acordarse de lo qué hizo ayer o esta misma mañana.
Si esto te suena familiar , no te preocupes, hay esperanza.....Existen muchos mitos en los que las personas equivocadamente relacionamos la edad con la falta de memoria. Los neurocientíficos han comprobado que no necesariamente tiene que ser así, que las células se regeneran en el cerebro de los adultos y que, al contrario de lo que se pensaba, la pérdida de memoria no se debe a la edad o a que las neuronas se mueran, sino a la reducción en número y complejidad de las dendritas (ramas de las neuronas) que, a través de la sinapsis, reciben y procesan la información de otras células nerviosas.
Esto sucede por una sencilla razón: falta de uso. Es muy sencillo así como se atrofia un músculo sin uso, las dendritas también se atrofian si no se conectan con frecuencia, y la habilidad del cerebro para procesar nueva información se reduce.

Es cierto, el ejercicio ayuda mucho a alertar la mente; también hay vitaminas y medicinas que aumentan la transmisión sináptica y fortalecen la memoria, sin embargo, nada como hacer que nuestro cerebro fabrique su propio alimento: las neurotrofinas.
Las neurotrofinas son moléculas que producen y secretan las células nerviosas, y actúan como alimento para mantenerse saludables tanto a ellas como a las sinapsis. Cuanto más activas estén las células del cerebro, mayor cantidad de neurotrofinas producen; esto genera más conexiones entre las distintas áreas del cerebro.

¿Entonces qué debemos hacer?
Lo que necesitamos es hacer pilates con las neuronas: estirarlas, sorprenderlas, sacarlas de su rutina y presentarles novedades inesperadas y divertidas a través de las emociones, del olfato, la vista, el tacto, el gusto y el oído.

Además, retarlas con crucigramas, juegos como rompecabezas o ajedrez, etc. ¿El resultado? El cerebro se vuelve más flexible, más ágil, y su capacidad de memoria aumenta. Al leer esto, casi seguro probablemente pienses:
Yo leo, trabajo, hago ejercicio y mil cosas más durante el día, así que mi mente debe estar muy estimulada!!! Pero la verdad es que la vida de la mayoría de nosotros se lleva a cabo dentro de una serie de rutinas.
Piensa en tu día o semana promedio....
¿Qué tan diferente es tu rutina de la mañana, tu ruta hacia el trabajo, la hora en la que comes o regresas a la casa? ¿El tiempo que pasas en el auto? ¿El tiempo y los programas que ves en televisión? las actividades rutinarias son inconscientes, hacen que el cerebro funcione en piloto automático; requieren un mínimo de energía y las experiencias pasan por las mismas carreteras neuronales ya formadas tiempo atrás. No hay producción de neurotrofinas.

Algunos ejemplos de ejercicios que expanden substancialmente las dentritas son:

1. Bañarse con los ojos cerrados. Sólo con el tacto, localiza las llaves de agua, ajusta la temperatura del agua, busca el jabón, o el shampoo... Verás cómo tus manos notarán texturas que nunca antes habías percibido.

2. Usar la mano no dominante. Come, escribe, abre la pasta dentífrica, abre el cajón con la mano que más trabajo te cueste usar. Péinate, báñate píntate, aféitate lava los dientes con tu mano no dominante.

3. Lee en voz alta. Se activan distintos circuitos que los que usas para leer en silencio.

4. Cambia tus rutas. Toma diferentes rutas para ir al trabajo, a tu casa.

5. Cambia tus rutinas. Haz cosas diferentes. Fuérzate a salir, conocer y charlar con personas de diferentes edades, trabajos e ideologías. Experimenta lo inesperado. Usa las escaleras en lugar del ascensor. Sal al campo, camínalo, huélelo.

6. Cambia las cosas de lugar. Al saber dónde está todo, el cerebro ya construyó un mapa. Por ejemplo, cambia el lugar del pote de la basura; verás la cantidad de veces que tirarás el papel al viejo lugar.

7. Aprende algo nuevo. Cualquier cosa puede servir, aprende fotografía, cocina, yoga, estudia un nuevo idioma. Si te gusta, arma rompecabezas, tápate un ojo para que pierdas la percepción de la profundidad, por lo que el cerebro tendrá que confiar en otras vías.

8. Identifica las monedas. Pon en tu coche una taza con varias monedas diferentes y tenlas a la mano para que, mientras estás esperando en el semáforo, con los dedos trates de identificar la denominación de cada una.

9.- Cambia el mouse de la computadora al lado contrario de donde lo usas comúnmente.
¿Por qué no abrir la mente y probar estos ejercicios tan sencillos que, de acuerdo a los estudios de Neurobiología del Duke University Medical Center, amplían nuestra memoria?

Y si tenemos suerte y funcionan, nunca más volveremos a preguntarnos: ¿Dónde dejé las llaves? ó
¿Dónde dejé los lentes? Interesante?


sábado, 27 de agosto de 2016

Calzones vegetarianos

Fermento:

20 gr. de levadura
40 gr de azúcar integral
80 gr. de harina integral
200 ml. agua

Masa:

500 ml. de agua
100 gr de sésamo
240 ml. de aceite
40 gr. de sal marina
1400 gr. harina integral

Preparación:

Una los ingredientes del fermento y deje reposar por 15 minutos. Luego agregue todos los otros ingredientes, dejando la harina integral por ultimo. Vaya agregando de apoco hasta que esté bien mezclado, amase bien, forme unos 4 bollos y deje descansar por 30 minutos tapados con plástico, vuelva a amasar un poco más y deje reposar otros 30 minutos.

Divida la masa en pequeños bollitos, estire con el palo hasta formar una masa como para empanadas. Elija el relleno que quieras. Cierre la masa en forma de triángulos. Coloque los calzones en placa una untada y deje descansar unos 30 minutos. El horneado dura más o menos 30 minutos.

Utilizar rellenos de verduras y condimentar a gusto (puede utilizar el relleno de canelones vegetarianos).8de (de Reconquistandoeleden.com.ar)

jueves, 11 de agosto de 2016

Croquetas de champiñones y puerros


Ingredientes:

1/2 litro de leche vegetal
4 cucharadas de harina de trigo
4 champiñones grandes
1 puerro
un chorro de aceite de oliva
pimienta negra
nuez moscada
harina de trigo
pan rallado

Preparación:

Poner el aceite de oliva en una sartén grande a un fuego medio, rehogar ahí el puerro cortado en trozos pequeños.

Una vez hecho se añade los champiñones cortados en láminas y rehogar hasta que estén blanditos.

Entonces, añadir la harina y sin dejar de remover dejar que se tueste un poco durante unos minutos. Si la harina no se puede unir con el puerro y el champiñón por estar muy seco, echar un poco más de aceite de oliva.

Una vez tostada un poquito la harina, ir echando el licuado de soja poco a poco sin dejar de remover.

Cocer unos 10 min, removiendo constantemente. Retirar del fuego, salpimentar y echar la nuez moscada al gusto (si no estás acostumbrado a esta especia echa poco a poco y vete probando hasta que te parezca bien).

Remover un poco para que se mezclen bien las especias y dejar reposar toda la noche tapado con un paño.

Al día siguiente preparar en un recipiente unas 5 cucharadas colmadas de harina y mezclar con un poco de agua y sal hasta que la mezcla tenga la consistencia de huevo batido.

En otro plato poner pan rallado. Entonces coger una cucharada de la pasta fría que preparamos el número anterior y hacer una bola alargada.

Untar la bola primero con la pasta de harina y luego rebozarla con pan rallado. Hacer así con toda la masa y freír las croquetas en aceite muy caliente.

Poner papel absorbente en una fuente para que quitar el exceso de aceite de las croquetas.

Los árboles también tienen conexiones sociales


Charles Darwin fue uno de los primeros hombres en estudiarlas y señalar que eran seres sintientes y que sus raíces actuaban “como el cerebro de uno de los animales inferiores“, sin embargo con el paso de los años estas observaciones no sólo se han corroborado, sino que se han descubierto aún más secretos que podrían cambiar la forma en la que nos relacionamos con la naturaleza que nos rodea. Hemos visto lo que el neurobiólogo Stefano Mancuso ha revelado acerca de su inteligencia, su capacidad de calcular e incluso su habilidad de comunicarse entre sí. Pero hoy quiero contarles acerca de los hallazgos de Peter Wohlleben, un guardabosques alemán que ha llevado la atención del público a estos temas de una forma que nadie habría esperado.

Gracias a su libro llamado “The Hidden Life of Trees: What They Feel, How They Communicate — Discoveries From a Secret World” (La vida oculta de los árboles: Qué sientes, cómo se comunican – Descubrimientos de un mundo secreto) que fue un completo éxito de ventas –lleva alrededor de 320.000 copias vendidas y ya ha sido traducido en 19 países–, Wohlleben ha presentado al mundo un lado de la naturaleza que muchos desconocían. En él Wohlleben no sólo ha demostrado a sus lectores que los árboles son mucho más que unos “robots orgánicos que limpia el aire y generan oxígeno”, como dice él que la sociedad de hoy suele verlos, sino que además los ha presentado como lo que verdaderamente son: unos seres vivos con complejas estructuras, capaces de comunicarse entre sí y generar conexiones sociales.

Caminando en el bosque, Peter se detiene frente a dos grandes árboles y dice:

“Estos árboles son amigos. ¿Ves cómo las ramas anchas apuntan en diferentes direcciones las unas de las otras? Eso es para no bloquearle la luz a su amigo. A veces pares como este están tan interconectados, que cuando uno de los árboles muere, el otro también lo hace“

Peter Wohlleben estudió silvicultura o ciencias forestales y desde entonces ha trabajado como guardabosques en diversas áreas. Y para este libro, además de basarse en diversos estudios publicados al día de hoy acerca del comportamiento de las plantas, recurrió a sus propias experiencias y observaciones en terreno.

Dentro de las temáticas que Wohlleben trató en su libro, están que las plantas pueden contar, aprender y recordar; que cuidan de sus vecinos enfermos, que emiten una alerta para avisar a otros en caso de peligro, al enviar señales eléctricas a través de una red llamada “Wood Wide Web”, y que por razones que aún se desconocen mantienen los troncos de árboles caídos vivos durante siglos al alimentarlos con una solución azucarada a través de sus raíces.

Hace 10 años que Wohlleben ha visto con sus propios ojos cómo el bosque en realidad suele ser mucho más saludable cuando el ser humano deja de intervenir tanto en su crecimiento. La municipalidad de Eifel lo contrató directamente para que se hiciera cargo de su bosque y él hizo varios cambios basándose en lo que había visto en varios viajes que realizó al extranjero para estudiar el comportamiento de estos ecosistemas: cambió el uso de maquinaria pesada por caballos, eliminó el uso de insecticidas y comenzó a dejar que el bosque creciera por su cuenta y a su ritmo. Dos años después el bosque se veía mucho más sano y los dueños estaban felices de haber eliminado tantos gastos en maquinaria y químicos.

Creo que finalmente el ser humano se está dando cuenta que no somos los únicos seres inteligentes en la Tierra, y que la naturaleza está mejor sin nuestra “ayuda”.

Ecoportal.net

Tarta caprese


Ingredientes:

1 huevo
1 cucharadita de sal
3 cucharaditas de leche
1 cucharadita de vinagre
50 gramos de manteca
1 cucharadita de harina
3 tomates medianos
200 gramos de queso fresco
50 gramos de aceitunas
1 cebolla de verdeo
sal y pimienta a gusto

Preparación:

mezclar el huevo, sal, manteca, leche, vinagre, y harina para formar la masa.


estirar la masa fina y cortar dos tapas iguales


colocar una de las tapas en un recipiente (que se pueda llevar al horno) cubrir con el tómate cortado en rodajas fibas, el queso, las aceitunas y la cebolla picada.

humedecer los bordes y cubrir con la otra tapa. Cerrar con repulgue.

cocinar a fuego mínimo por 10 minutos
(de Paravegetarianos.com)

martes, 9 de agosto de 2016

Curry de garbanzos y calabaza


El curry es una mezcla de especias muy popular en la India. Los platos de
curry son especialmente sabrosos y originales.
Les proponemos este curry de garbanzos y calabaza, un plato apto para
vegetarianos y veganos, muy sano y bastante sencillo.

Ingredientes:

500 Gramos de Garbanzos Cocidos
400 Gramos de Calabaza
2 Dientes de Ajo
1 Pizca de Sal
1 Unidad de Guindilla
2 Cucharadas soperas de Curry en polvo
500 Mililitros de Agua
1 Unidad de Cebolla morada
1 Unidad de Tomate maduro
1 Chorro de Aceite de girasol
15 Gramos de Jengibre fresco

Procedimiento:
Reunimos todos los ingredientes para elaborar el curry de garbanzos y
calabaza. En una olla sofreímos los ajos enteros con la guindilla y el jengibre
picado. A continuación, agregamos la cebolla picada y añadimos sal.
Dejamos cocinar durante 4 minutos. Es el momento de incorporar el curry
en polvo. Mezclamos bien con las verduras y cocinamos durante 2 minutos.
A continuación, incorporamos la calabaza cortada en dados y agregamos sal.
Dejamos cocinar durante 10 minutos, añadimos la mitad del agua y
cocinamos durante 20 minutos más. Vamos removiendo de vez en cuando.
Una vez que la calabaza esté tierna, añadimos los garbanzos (los hemos
utilizado ya cocidos), el resto del agua y un poco de sal. Dejamos cocinar
durante 10 minutos más. Podemos acompañar este curry de garbanzos y
calabaza con arroz blanco

Ecoportal.net

Los 10 Aditivos mas peligrosos en nuestros alimentos


1- Edulcorantes artificiales (Aspartamo,Acesulfame-K)
2- Jarabe de maíz de alta fructosa
3- Glutamato monosódico (MSG / E621)
4- Grasas trans
5- colorantes comunes de la comida (Azul brillante (E-133), Colorante rojo # 3 #40
E124, amarillo #6 E110 y amarillo tartrazina 102)
6- Sulfito de sodio E221
7- Nitrato de sodio, o nitrito de sodio
8- BHA y BHT (E320)
9- Dioxido de azufre E220
10-Bromato de potasio

Reduzca el consumo se Sal


Existen muchos mitos en torno a la sal. Durante muchos años hemos pensado que necesita una abundancia de sal en nuestras dietas y que, sobre todo en climas cálidos, esta previene la deshidratación. Hay algo de verdad en ello. La sal es cloruro sódico; el sudar, eliminamos sal y perdemos sodio; una perdida excesiva de sodio no recuperada podría producir calambres musculares y deshidratación. Pero es un peligro frecuente que solo se manifiesta en cuerpos no habituados a los climas cálidos y expuestos repentinamente a un exceso de calor.
Lo cierto es que la sal es necesaria, pero solo en cantidades muy reducidas (aproximadamente 200 Mg al día), y es fácil ingerir esta cantidad a través de alimentos frescos e integrales.
Actualmente, consumimos de diez a doce más de lo que necesitamos.
Durante los últimos cincuenta años se ha pensado que la sal o más concretamente el sodio, puede ser un factor causante de la hipertensión. Pero todavía no se conoce plenamente el fenómeno. Ahora de cree que tal vez de deba a un desequilibrio corporal entre la sal y otros minerales.
En cualquier caso, la medicina recomienda reducir la presencia de sal en la cocina. En la receta, me he limitado a indicar “condimentar al gusto” y he dejado que Ud. decida por si mismo.

Sustitutos válidos de la sal:

Una condimentación a base de hierbas o especies puede sustituir a la sal, pero pruebe el zumo del limón, la sal de hierbas, el gomasio y el ajo.
Utilice miso o salsa de soja para condimentar las sopas y las salsas. Contienen sodio concentrados, pero están tan concentrados que bastan pequeñas cantidades y a diferencia de la sal también contienen otros nutrientes válidos.


Reduzca el consumo de sal:

Agregue menos sal de la cantidad indicada en las receta (empiece reduciendo a la mitad) es preferible eliminarla del todo.
No use salero en la mesa.
Coma alimentos de alto contenido potasio, ya que al parecer el potasio contrarresta el efecto del sodio. La fruta fresca y los frutos secos, especialmente las ciruelas, son buenas fuentes de potasio.

Reduzca el consumo de...

Muchos alimentos tienen un alto contenido de sodio. Pero no crea que éstos tendrán siempre gusto a sal. Solo evita los alimentos con gusto a sal, es posible que esté escogiendo alimentos con mas sodio incluso que los que ha rechazado. Ejemplos de alimentos cuyo elevado contenido de sodio no es evidente son las galletas y los quesos.
Margarina, mantequilla, pastas, extractos de levadura (aunque éstas tienen mucha vitamina B) galletas saladas, salsas verduras y encurtidos.
Todos los alimentos, procesados o productos con aditivos, pues la mayoría están basados en el sodio.

Bajemos la ingesta de azúcar


Procure evitar el azúcar. Es un alimento –vacío-, que solo aporta calorías, y es un causante principal de la obesidad, que puede producir cardiopatías. También esta vinculado a la diabetes y, por supuesto, produce caries dentales.
El exceso de azúcar es nocivo. Existe poca diferencia entro los azucares blancos y refinados y los azucares morenos y las melazas. Contiene pocos minerales, pero en términos nutritivos es poca la diferencia dietética. La miel y las savias de arce y abedul no son mucho mejores en ese sentido.
La única excepción es la fructuosa, o azúcar de fruta. Aunque es mas dulce que el azúcar corriente, el cuerpo absorbe la fructuosa mas lentamente y, por consiguiente, no afecta a los niveles de azúcar en la sangre de forma tan aguada. Al ser un tanto mas dulce, se puede usar en menor cantidad.
Comer azucares refinados sin acompañarlos de otros alimentos, produce un aumento rápido en el nivel del azúcar en la sangre, que vuelve a descender y provoca hambre-e incluso ansiedad- de productos dulces. Como todas las adicciones, es mejor renunciar a ella totalmente. No hay duda de que es más sensato no habituar a los niños al dulce ni ofrecerles platos dulces como –recompensa-. El azúcar debería estar totalmente ausente del alimento de los bebes.


Sustitutivos validos del azúcar:

Actualmente la fructuosa se puede adquirir en polvo o como jarabe; también en el zumo de frutos y en frutas frescas y secas.
La miel, la melaza y el jarabe; de acre son más aconsejables.
Pruebe las especies para endulzar los postres (por ejemplo, la canela y el clavo)
Utilice orejones de frutas en los pasteles.
Pruebe el yogur casero, las frutas frescas, cocidas o secas, y el queso tierno como postre.

Para reducir el consumo de azúcar:

Elimine el azúcar en las bebidas calientes. Para los refrescos, beba agua mineral o zumo de frutas sin azúcar en lugar de refrescos gaseosos. Beba vinos secos o sidra en lugar de dulces.
Use menos azúcar del que indican las recetas. Redúzcalo a la mitad para empezar, e ingiera cada vez menos.
Compre mermeladas sin azúcar o baja en azúcar.
Compruebe todas las etiquetas de los productos procesados, por que suelen llevar un alto contenido en azúcar. Los ingredientes están ordenados según las cantidades utilizadas. Muchos alimentos salados contienen azúcar como, por ejemplo, el ketchup, las judías enlatadas, sopas, salsas encurtidos y verduras enlatadas.
Se desea un tentempié, como bocadillos salados, como por ejemplo, pan integral con germinados de alfalfa en lugar de galletas y pastas.

martes, 2 de agosto de 2016

MARIO VARGAS LLOSA - AGUA SIN PAN

En el verano de Marbella, cuando, procedentes de todo el mundo, millares de
turistas caen sobre este pedazo de la Costa del Sol decididos a cometer todos
los excesos y desafueros que el bolsillo es capaz de pagar y el cuerpo de
resistir -drogas, sexo, alcohol, juego, deportes, gula, música y hasta
homeopatía- un centenar de pervertidos trepa una de las boscosas faldas de La
Concha, para sepultarse por dos o tres semanas en la Clínica Buchinger, a
ayunar. Yo soy uno de ellos. Lo hago hace catorce años y lo seguiré haciendo
hasta que me muera o la Clínica cierre sus puertas a los escritores (por culpa
de Manuel Vázquez Montalbán pudo ocurrir).
El resultado de ello es que mi idea de Marbella es, por decir lo menos, irreal:
un tranquilo retiro de costumbres monacales, donde se bebe mucha agua, se hace
ejercicio, se acuesta uno temprano y se levanta al alba, y donde ni siquiera con
el pensamiento resulta cómodo pecar. En las mañanas, a la hora en que el ómnibus
de la Clínica lleva a los "pacientes" -así se nos llama, pero sería más adecuado
voluntarios, catecúmenos o espíritus- al paseo por la playa con que se inicia el
día, desde la ventanilla suelo divisar las lánguidas y bostezantes siluetas que
vomitan las discotecas del Marbella Club o El Puente Romano y mi fantasía se
caldea tratando de adivinar las interesantísimas cosas que deben pasar en los
antros nocturnos marbelleros, y que yo me pierdo, entregado como estoy a la
purificación corporal (o sea: despachar botella tras botella de Solan de Cabras,
sudar la gota gorda y hacer la pila).
Como el ayuno es una práctica común en todas las religiones, se lo asocia con
quehaceres místicos y espirituales, pero, en verdad, es la más material de las
experiencias a que pueda ser sometido el cuerpo humano, y una de las más
beneficiosas. Así lo descubrió el mítico Doctor Buchinger, creador del "método",
un médico alemán que, afectado por la artrosis, descubrió que, imponer al
organismo una cuarentena de alimentos dentro de ciertas condiciones, podía tener
notables y múltiples efectos terapéuticos (a él lo curó de la artrosis, por
ejemplo). No hay la menor brujería ni tampoco superstición puritana disimulada
tras esto, sino una realidad científica, al alcance del sentido común. Privado
de alimentos, esa maravilla de creatividad que es nuestro cuerpo, se defiende,
eliminando aquello que le sobra o lo perjudica, y nutriéndose de todas las
reservas que atesora. Ese cambio de metabolismo provocado por el ayuno limpia y
renueva el organismo de una manera que es difícil explicar, si no se ha tenido
la experiencia. Yo la he vivido ya catorce veces y siempre, luego de los
veintiún días en la Buchinger sometido a la dieta de agua sin pan, he tenido la
sensación de un renacimiento físico.
El peor error que se puede cometer es ir a la Clínica pensando sólo en
adelgazar. Si uno no come, adelgaza, desde luego, pero lo probable es que, al
poco tiempo de volver al mundo -al siglo pecador lleno de manjares apetecibles-
recupere y acaso aumente la grasa perdida. Lo importante del ayuno es la
desintoxicación y el descanso que significa para el organismo, y la lección
práctica que de él se deriva, de que una cierta disciplina perfectamente
llevadera respecto a ese cuerpo tan usado y abusado en la vida cotidiana, es
algo que este cuerpo agradece, recargándose de bríos para enfrentar las futuras
exigencias. El ayuno, además, tiene la virtud de sacar a la luz lo que ya anda
mal y está todavía escondido, sin manifestarse a través de síntomas.
A todo aquel que ayuna le preguntan si no siente mucha hambre, si su pobre
estómago no chirría de desesperación por no comer. Y los preguntones ponen una
cara de incredulidad total cuando se les responde que no, que el hambre es un
estado psicológico, inseparable de la digestión, y que, cuando ésta desaparece
por la falta de alimento, desaparece también aquel efecto o servidumbre de la
alimentación. Naturalmente, si en pleno ayuno el ayunante va a pasearse frente a
las terrazas de Puerto Banús donde una voraz muchedumbre da cuenta de paellas,
chanquetes, doradas a la sal, alegres mariscos y perfumados arroces al curry,
es difícil que esos aromas corruptores no le provoquen lo que un célebre bolero de
Leo Marini describía como "ansiedad, angustia y desesperación". (Hace algunos
años, una francesa ayunante irrumpió en la sala, a la hora del caldo, y
publicitó así su sacrilegio: "El ser humano ha nacido para comer. Lo que estamos
haciendo aquí es inhumano. Acabo de dar cuenta de un filete a la plancha con un
vaso de vino ¡y soy inmensamente feliz!").
Otra pregunta inevitable suele ser si el estado de extrema debilidad que
produce aquella huelga de hambre no tiene al pobre ayunante tumbado en una cama
sin ánimos ni para respirar. Tampoco suelen creerme cuando aseguro que ocurre
exactamente al revés. Que una de las más sorprendentes consecuencias del ayuno,
una vez pasados los dos primeros días -los de la transición, los de las sales,
los únicos molestos- es la energía que genera, la formidable disposición del
organismo a hacer cosas, empezando por los ejercicios y deportes. Esto es, por
otra parte, un aspecto clave e indispensable del "método". De nada sirve ayunar
si la privación de alimentos no va acompañada de un intenso programa de
ejercicios -natación, aerobics, yoga, gimnasia china, sueca o acuática, largas
caminatas en la playa y la montaña, o bicicleta- que induzca y facilite aquel
cambio de metabolismo que lleva al organismo a `alimentarse' de todo lo que
tiene de más, o a eliminarlo por inservible. A esto contribuyen también los
masajes. Pero, como, a raíz de ello el hígado trabaja el doble o el triple
cribando las reservas, el "método" lo desagravia, veinte minutos cada día, con
una bolsita de agua caliente a la hora de la obligatoria siesta.
Otra de las consecuencias del ayuno es el poco sueño que el organismo requiere
para recuperarse. No sólo se duerme menos; además, se duerme tan ligero -casi
sin llegar a perder la conciencia- que uno tiene la falsa sensación de
permanecer en estado de vigilia; no es así, pero la levedad del sueño es tan
extrema que algunos piden pastillas para alcanzar la pérdida total de conciencia
que asocian con la idea de dormir. No saben lo que pierden: esa engañosa
duermevela, que André Breton consideraba el estado surrealista ideal, a mí me ha
servido muchísimo, porque en esas horas de sueño a medias, he hecho y deshecho
el mundo muchas veces, escrito artículos, dramas y novelas. En las tres semanas
anuales en la Clínica yo continúo mi trabajo, aunque es importante señalar que,
contrariamente a lo que ocurre con el cuerpo, el ayuno resiente algo la vida
intelectual, porque, mientras dura, se empobrecen la concentración y la memoria.
Por eso, los que no pueden dejar de trabajar nunca, como me ocurre a mí, deben
arreglárselas para, en esos días, hacer un trabajo más mecánico que creativo.
Cuando hablo de ayuno, hay que entender de sólidos, no de líquidos. Otro aspecto
esencial del "método" es el agua que hay que beber, todo el santo día: por lo
menos dos litros, pero, de preferencia, cuatro o más. La Clínica está constelada
de servicios, claro está, porque una ocupación central de la vida de los
catecúmenos es ingerir líquidos y hacer pipí. Además de agua, en las noches, se
puede tomar un caldo -un líquido coloreado sería una mejor definición- o un
pequeño jugo de frutas, o media taza y medio vaso de ambos, los que quieren
hacerse la ilusión de estar cenando en serio. Además, a media mañana y a media
tarde, una infusión. Con tanto líquido, es inevitable sentirse un poco batracio
a partir del cuarto o quinto día y vivir en el quien vive, esperando que en
cualquier momento le broten al voluntario escamas o aletas.
¿Qué clase de gente frecuenta la Clínica? Cuando empecé a ir, la mayoría era
extranjera; muchos alemanes, algunos franceses, muy pocos españoles. Ahora, por
lo menos la mitad de los ayunantes son españoles, y entre los extranjeros hay un
abanico creciente de nacionalidades: brasileños, italianos, rusos, egipcios,
sauditas, mexicanos. (El hombre más gordo que he visto en mi vida lo vi allí: un
príncipe kuwaití, que, al llegar yo a la Clínica, llevaba en ella seis meses:
pesaba 160 kilos y ya le habían bajado cincuenta. Era una bolita con patitas,
que rodaba). No he coincidido con muchos escritores; era un habitual Max Frisch,
y pasaron por ella en algún momento Jaime Gil de Biedma, Juan Marsé, Beatriz de
Moura y alguno más. También, Manolo Vázquez Montalbán, que no debe volver, si
ama su pellejo. Dicen que nunca habló con nadie; que escribía mañana, tarde y
noche, y que hasta a los paseos por la montaña llevaba su máquina portátil.
Publicó luego una novela policial situada en una clínica de ayuno en Marbella que
Cuando dije que ayunaba tres semanas, exageré. De los veintiún días, se ayuna
sólo diecisiete. Los cuatro últimos son de recuperación. Hay que reacostumbrar
al estómago a recibir alimentos, con sopitas, ensaladas y recetas ligeras que,
en condiciones normales, parecerían sin duda insuficientes o execrables. Después
de dos semanas y media de dieta de agua parecen manjares superlativos, delicias
gastronómicas. Nadie sabe lo rico, lo maravilloso, lo exquisito que es comer
hasta que ayuna. El inolvidable padre Arévalo, infalible ayunante, lo expresaba
así: "Después de la Buchinger yo entro a los restaurantes como un seminarista a
un burdel". La comida es un tema obsesivo en la Clínica. Los espíritus recuerdan
las grandes comilonas, intercambian recetas, direcciones de restaurantes,
elucubran los menús del futuro yantar, se preparan fogosos y felices para volver
a pecar. (Comprensiva ante las debilidades humanas, la Clínica ofrece, entre los
entretenimientos y recreos de los enflaquecidos, ¡clases de cocina
vegetariana!). Mario Vargas Llosa

La Alimentación Macrobiótica

La alimentación Macrobiótica (la manera de vivir una gran vida) afirma que para poder conocer los principios del Universo y su orden, es preciso primero alcanzar el orden interior (orden de los órganos de percepción y en las facultades de interpretación) y la armonía entre el cuerpo y su entorno; el modo más sencillo de conseguirlo es vivir en forma ordenada y en 1° lugar comer en forma ordenada.

Principios de la alimentación Macrobiótica:
*Comer sólo alimentos puros, integrales y cultivados de manera natural.
*Consumir los alimentos de cada estación.
*Masticar bien antes de tragar.
*Comer sólo cuando se tiene hambre.
*Comer en una atmósfera serena y agradecer los alimentos.
*n lo posible comer dos veces por día y no comer antes de ir a dormir.
*Practicar ejercicios al aire libre.
*Suprimir el azúcar.
*Reducir la ingestión de líquidos.